Existen diferentes tipos de guardas oclusales. De hecho, es un término genérico que se le da a este tipo de aparatos o tratamientos, por lo que es importante que utilices para cualquier tratamiento solamente aquella que es especial para tus necesidades.
Ejemplo: existe un guarda que se llama guarda oclusal para blanqueamiento, o acetato para blanqueamiento. Este es un material muy delgado que sirve exclusivamente para colocar un gel que blanqueará tus dientes.
Otro ejemplo de ellos es un guarda que se pone después de que sales de un tratamiento de ortodoncia. Es un acetato transparente, semi rígido, que usarás todas las noches durante el tiempo que te indicó tu ortodoncista, para evitar que tus dientes se muevan (recuerda, este tipo de aparatos sirve exclusivamente para el tratamiento para el que se indican).
Otro ejemplo de guarda oclusal son los deportivos, mejor conocidos como protectores deportivos. Como su nombre lo dice, sirven para evitar un trauma en nuestros dientes cuando hacemos deportes, especialmente de alto impacto.
Otro de los guardas que puedes encontrar, son los que se usan para tratar el bruxismo. Y, aunque también pueda llamarse guarda como los demás, no cualquiera será 100% efectivo para tratarlo. Existe uno especial para el bruxismo que se llama férula neuromiorelajante.
Este tipo de férula necesita de un diagnóstico indicado para cada paciente, pues deberá tener características especiales para brindar el tratamiento único necesario para aliviar los problemas causados por el bruxismo. Entonces, ¡ojo! No es igual que todas las demás guardas que mencionamos antes. Por lo tanto, cabe resaltar, cambia completamente su indicación, fabricación, los materiales con los que está hecho, su costo, el tiempo de uso y, claro, el especialista que te lo está indicando.
Así que, asegúrate que el guarda que te prescribieron sea el adecuado para tu necesidad. No hay que revolverlos.
Si tienes alguna duda extra o requieres de un diagnóstico, no dudes en contactarnos, será un placer atenderte.